Con un vídeo lleno de colaboraciones, y junto a los canadienses Dragonette en lo musical, Martin Solveig volvía a la escena dance mundial con un tema de título bastente soso, pero con un sonido un poco chocante respecto sus trabajos anteriores, que acaba conquistando a medida que se escucha.
Con este último trabajo, Martin Solveig parece querer reivindicar su vuelta por la puerta grande a la música, depués de unos años un poco desaparecido. Ahora queda comprobar, y desear, que la vuelta sea para darnos buenos discos durante mucho tiempo.
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